domingo, 8 de noviembre de 2009

Visitacion Lobo y Gregorio Gallego


Entrevista a Visitación Lobo y Gregorio Gallego

Juntos desde 1943, esta pareja de libertarios nos han abierto las puertas de su casa para contarnos algo sobre sus vidas y sus obras.
Con Gregorio pudimos contar hace algo más de un año para presentar la reedición de las memorias de Mera en la librería Traficantes de Sueños de Madrid.
A no mucha distancia de dicha librería Gregorio y Visitación tienen su hogar, un oasis del arte y la cultura entre el asfalto madrileño.
Entre esculturas, dibujos y pinturas de Baltasar Lobo, algunas de las cuales reproducimos
aquí, la pareja de ancianos nos recibe una mañana calurosa de abril. Poco después iniciamos con ellos esta conversación.

- El Solidario (S): Gregorio ¿desde cuándo estás en el Movimiento Libertario?
- Gregorio Gallego (G): Pertenezco al M L desde los diecisiete años. Formé parte a esa edad del primer Comité Peninsular de las Juventudes Libertarias, al que también pertenecía Baltasar Lobo, mi futuro cuñado, que ya entonces tenía veintiséis. Fue Orobón, quien por entonces cuando ya estaba enfermo y se hospedaba en una casa de Mercedes Comaposada, el que nos desaconsejó que utilizásemos la palabra “anarquista”, ya que por entonces el movimiento anarquista estaba de capa caída en todo el mundo, y es así que nacieron las Juventudes Libertarias (JJ LL). También nos aconsejó que no estuviésemos incondicionalmente al lado de CNT o al lado de la FAI, que fuésemos un organismo independiente.
- S: Tú tuviste que dimitir del comité de la FIJL ¿verdad?
Al llegar las elecciones del 36, yo en un mitin dije que en aquel momento había que modificar las condiciones políticas en España para que los presos salieran a la calle, y que por consiguiente había que votar. Por esa razón Antonio Oñate y un grupo de andaluces, que era un grupo muy sectario, propiciaron que yo tuviera que abandonar el cargo que tenía en el Comité Peninsular de las JJ LL.
- S: Fidel Miró, fue secretario, pero un poco más tarde ¿no es así?
- G: Sí, pero lo fue en momentos decisivos, cuando la crisis de mayo y cuando se organizó el Congreso en el Teatro Principal de Valencia, después de la dimisión de Largo Caballero.
- S: ¿Cómo se forma la CNT en Madrid durante la República?
- G: En Madrid, los sindicatos más importantes fueron el de la Construcción y el Metalúrgico. El de la Construcción llegó a tener 100.000 afiliados, y salió prácticamente de la UGT. Melchor Rodríguez formó el grupo inicial de los que actuaron como grupos de oposición en la UGT en la Casa del Pueblo, ya que la UGT estuvo autorizada durante la dictadura de Primo. Al terminar la dictadura, esos núcleos fueron los que crearon la CNT. Ya durante la República hubo al menos dos huelgas muy fuertes de la construcción, una de ellas debió de ser en el 33 y la otra fue en el 36. Entonces la táctica de la CNT era plantear los conflictos donde tenía predominio, y a continuación en otros sitios. Lo de la construcción se inició en Zaragoza y a continuación en Barcelona, y en ambas partes se ganó, pero lo sorprendente es que cuando se plantea en Madrid con
las mismas reivindicaciones de mejoras salariales y de condiciones de trabajo que ya se habían ganado en Zaragoza y Barcelona, se produce un boicot cerrado de la patronal, y no había manera de conseguir nada, y es porque la patronal había recibido orden de la derecha de que si resistía, resistencia que después se le recompensaría, la República sufriría las consecuencias.
- S: ¿Estuviste en el Congreso de Zaragoza?
- G: Sí.
- S: ¿Fuiste como delegado?
- S: No, fui con otros 500 jóvenes de las JJ LL en un tren. Desde Madrid se enviaron 12 trenes y tres de ellos eran de la FIJL. En los trenes íbamos cantando. Había una canción de Melchor Rodríguez... como era...
(Canta):
Zaragoza ciudad libertaria
.... anarquista del bajo Aragón
Dando ejemplo de lucha diaria
Por los ideales de emancipación...
Bueno, yo ya tengo 91 años, y claro, ya la memoria me falla, pero algunas veces Visi y yo todavía cantamos A las barricadas y otras canciones de entonces.
- S: Tu perteneciste al Ateneo del Puente de Toledo...
- G: Sí, yo había sido fundador del Ateneo. En julio del 36 yo era el secretario. Teníamos una escuela racionalista, y una biblioteca bastante regular. Con motivo de la huelga de la construcción, clausuraron todos los locales, entre ellos el Ateneo, y aquella noche del 18 de julio, que era sábado, yo venía de trabajar, y me encontré con los compañeros en la glorieta de Marqués de Vadillo, que era donde estaba el local, forzamos los precintos y abrimos. Aquella misma noche acompañé a un capitán del tercio a hacer un recorrido por el extrarradio de Madrid: Campamento, Orcasitas... Encontramos a todos los compañeros despiertos y preparados, y procurando encontrar armas, por que sí que hubo algunas armas, concretamente a los jóvenes socialistas unificados, que eran más leninistas que socialistas, les dieron todas las armas que había en Pacífico, que era donde estaba Intendencia, y había también depósitos de armas. Ellos tenían muchas armas. Bueno, aunque para aquellos momentos, ya prácticamente de guerra, quizá no era ya el armamento adecuado, porque eran fusiles y pistolas que desde luego no servían para hacer frente a un ejército organizado.
- S: A ti, hasta el comienzo de la guerra se te tenía como antimilitarista convencido.
- G: Sí, y además intervine en muchos actos pacifistas...
- S: Pero luego hubo un cambio...
- G: Bueno el cambio que hubo en todos nosotros. Aquella misma noche que acompañé a ese capitán, yo ya iba con una pistola que me pusieron los compañeros en la mano. Como íbamos a arriesgarnos, porque teníamos que entrar en territorio de adscripción no muy clara, pues teníamos que ir preparados
- S: ¿Cómo fue la primera junta de Defensa de Madrid?
- G: Bueno, antes de que se formase la Junta, en el Ateneo del Puente de Toledo se creó el Campamento de Milicias Libertarias, que fue el primer organismo de tipo bélico organizado que se creó por la CNT de Madrid, y ahí es donde se forman algunas de las primeras columnas que fueron saliendo para el frente.
- S: ¿Cómo se consiguieron las armas?
- G: Las armas se consiguieron en el asalto a los cuarteles. El de la Montaña nos proporcionó un montón de armas, para organizar casi dos batallones, con ametralladoras y morteros, y un cañoncito. Los compañeros se hicieron con las armas y las trasladaron en un camión al Ateneo.
En cuanto a la JDM, el Comité Regional recibió la comunicación de Largo caballero para que designase un representante de la Federación Local, y me nombraron a mí delegado en un pleno conjunto de militantes de CNT y JJ LL .
Las funciones prioritarias de esa junta fueron organizar el abastecimiento de alimentos que se traían de los pueblos, organizar las fortificaciones y encargarse del orden público. Yo fui designado Consejero de Fortificaciones y Transportes.
- S: Cuéntanos cómo y quién organizó la industria de guerra en Madrid.
- G: La industria de guerra en Madrid, la organizó Lorenzo Íñigo. Él perteneció a la segunda Junta de Defensa de Madrid. Entonces uno de los aspectos más importantes era el municionamiento, y lo que hizo Íñigo y además muy bien, fue montar cadenas de producción para tener suficiente munición. Los coches y camiones blindados se hicieron en varios sitios, el más importante de los cuales fueron los talleres de la Rolls Royce de la carretera de Toledo. Luego también se habilitó un túnel de Metro, entre Atocha y los Nuevos Ministerios, al que se le bautizó popularmente con el nombre de “tubo de la risa”. Ahí se organiza la fábrica de armamento, sobre todo las piezas de artillería y el municionamiento. Eso se hizo así para evitar que los bombardeos destruyesen la producción. A varios metros bajo tierra se estaba a cubierto de las bombas. Allí los compañeros fabricaron un artefacto que tuvo mucha importancia durante la guerra, al que llamaban “las tomateras”, que eran una especie de bazookas, es decir unos tubos con un trípode y un sistema de disparo que lanzaba un proyectil a unos trescientos metros y que tuvo mucho éxito aquí en la defensa de Madrid.
- S: Háblanos sobre el municionamiento
- G. Bueno, hay que decir que debido a nuestras carencias, el reciclaje estaba muy bien organizado. En las brigadas había orden de recuperar toda la munición ya gastada, casquillos etc., para poder reciclarla. Eso se recogía y se utilizaba en la fabricación de nueva munición. Todo eso lo organizó Íñigo por que era lo suyo, ya que él era el Secretario del Sindicato Metalúrgico, que era el más importante en Madrid de la CNT, después del de la Construcción..
- S: ¿Tú después de salir de la JDM te enrolas militarmente?
- G: Si, yo me entregué a conciencia, ya que vi que la única solución que podría contrarrestar el avance de los militares era crear un movimiento propio que le hiciera frente. Así cuando Largo Caballero da el decreto de militarización al primero que llama es a mí, y entonces me dice que haga todo lo posible por acelerar el proceso de militarización, ya que esa era la única solución. Yo de militar estuve en varios frentes, en Madrid concretamente en la 5ª Brigada. Allí en una de las primeras acciones en que intervine estuve a punto de que me liquidaran. Después pasé al frente de Guadalajara, donde intervine en varias operaciones. De allí para Levante, hacia Teruel. Como hacía siempre el gobierno de la República, siempre que hacía una ofensiva, todo aquello que se consideraba que era fácil se lo daba al PCE para que lo hicieran, y el resto nos lo ordenaban a nosotros, para que nos sacrificaran, o en cualquier caso poder criticarnos. Antes de llegar a Albacete, unos 15 Km. antes, sale un oficial dándonos orden de que inmediatamente no situásemos en 1ª línea porque el enemigo estaba arrollando a las fuerzas de la República, y así nos metieron en una operación dificilísima sin tener ninguna experiencia. Aquella misma noche un grupo dormimos metidos en el río Azambra.
- S: Cuando estuviste en Guadalajara ¿estu-viste a las órdenes de Mera? Cuéntanos alguna anécdota.
- G: Yo en Guadalajara, estuve de ayudante del Jefe de la 50 Brigada. Con Mera ya sabes que todo era muy difícil; era un tipo muy hermético, que no soltaba prenda; cuando menos te lo esperabas te lo encontrabas en cualquier lugar del frente, incluso en los sitios más arriesgados. Bueno pues una tarde, iba yo a Madrid con otro par de oficiales. En aquel momento estaban prohibidos todos los permisos, pero yo iba a un pleno de la Organización. Y en Torrelaguna estaba Mera esperándonos. Al encontrarnos con él, claro, nosotros tiesos como ajos...
-“Vds. saben que esto está severamente castigado, y podría considerarse un acto de traición o deslealtad”... Yo le dije que estaba obligado moralmente a ir a Madrid, y claro, él lo sabía, ya que él también tenía que ir. A mi me dejó ir, pero a los otros dos los obligó a reincorporarse a sus puestos. Más tarde nos encontramos en el pleno, donde ya ni él ni yo éramos militares, sino solo personas.
- S: Termina la guerra y te encarcelan. Cuéntanos un poco como fue.
Retrato de Baltasar Lobo. Óleo de Dayez

- G: Bueno, al final de la guerra, yo como siempre he sido un poco “gilipollas” e idealista, me retrasé a la salida, pues intenté sacar de la cárcel a Cazorla y a otros miembros del PCE que habían sido encerrados con motivo de la algarada de marzo, y en eso perdí tiempo. De hecho Cazorla se marchó, aunque luego le cazaron por el camino. Yo conseguí llegar hasta Tarancón, y allí me detuvo una brigada italiana. Me recluyeron en un campo de concentración en Alcalá de Henares, y de allí pasé a los Pirineos a hacer fortificaciones.
- S: Dices que estuviste liberando a Cazorla y a otros presos del PCE ¿Habías recibido esa orden de alguien?
- G: No, eso lo hice por mi cuenta, independientemente de que Mera ordenase liberar a los presos antifascistas que estaban detenidos por distintos motivos. Él movió los hilos para que se les diera el pasaporte y que se marcharan.
- S: ¿Mera hizo eso?
- G: Sí, lo que pasa es que yo lo desconocía en ese momento, y por eso actué por mi cuenta. De hecho a bastantes prisioneros incluso se les proporcionó transporte para marcharse a Valencia.
- S: Bueno, pero tú sabes que lo que suele decir el PCE es que a esos prisioneros se les dejó encarcelados para que los asesinara Franco.
- G: Eso es mentira. Es posible que en las prisas por salir, cuando se están derrumbando los frentes, quizá no se hicieran las cosas tan bien como se debían haber hecho, pero se les intentó poner en libertad, para que no cayeran en manos de Franco. Otra cosa es que luego los pillasen, lo mismo que nos pillaron a otros que no habíamos estado detenidos.
- S: ¿Cuándo saliste?
- G: En 1943. Al salir de los campos de concentración estuve unos cuantos meses en libertad. En ese momento era Secretario de la Organización Sigfrido Catalá, que era un hombre muy moderado, que había estado a punto de que se le expulsara durante la República por pestañista y esas cosas, pero que era un hombre muy inteligente. En esos pocos meses, yo fui Secretario de Organización y vicesecretario General de la Organización. Debido a mis funciones, estuve asistiendo a plenos en todas las regiones. En un pleno que celebramos en Cataluña, concreta-mente en Barcelona, en unas condiciones muy difíciles, los compañeros para disimular me hicieron dormir en una casa de prostitución, conocida como “la casa de la Bizcocha”. Al regresar a Madrid me detienen en casa de la tía de Visi. Me habían puesto un compañero para que me acompañara como enlace, pero a él lo debieron detener antes y cantó. A mí me detuvieron de noche.
- S: Entonces te condenan a treinta años, ¿no es así?
- G: Efectivamente, aunque hubo muchas protestas de los gobiernos y los embajadores ingleses y franceses... Alguno de ellos declaró públicamente que si a mí me condenaban a muerte, Franco habría cometido un crimen más. En total pasé 23 años entre cárcel y campos de concentración, hasta el 63.
- S: Sales ese año y te enrolas otra vez en la militancia.
- G: No hago más que salir y vienen a visitarme Lorenzo Íñigo y Manuel Fernández, y me dien que por derecho propio tengo que estar en el CN y que debo de incorporarme a las actividades. Y en ese momento mas o menos es cuando tiene lugar el cincopuntismo.
- S: Háblanos del cincopuntismo.
- G: El cincopuntismo para mí tenía solamente un mérito y era que se podía haber concertado un compromiso con algunos de los responsables de la CNS al margen del gobierno, de tal forma que para cuando acabase la dictadura podríamos tener personas formadas que podrían hacerse cargo de los sindicatos.
- S: Eso fue muy criticado.
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- G: Criticadísimo, tanto que me apartó de la CNT. De hecho hace unos años vinieron compañeros intentando enrolarme, pero yo estaba ya muy cansado...
- S: Tú fundas la Asociación Colegial de Escritores.
- G: Sí, la fundamos Lera, Guzmán, Tomelloso (de las JJ LL) y yo. Mi carnet es el número 3 de la Asociación.
- S: De Amor Nuño ¿que puedes decirnos?.
- G: Yo de él ya lo he dicho todo. No hay nada más que decir. Su actuación fue una cosa que normalmente se castiga, si quieres, con una expulsión de la organización, o con un cese del cargo que ocupa, porque la única culpa suya fue por la chica que tenía en el ministerio, que había estado anteriormente conmigo de secretaria, que era joven y guapa, que tenía un buen par de tetas, y un culo muy rebosante, y que iba provocando. Desde luego se nos recomendaba que tuviésemos cuidado con esa moza, ya que tenía familia en la otra zona, y que había que tomar precauciones, se nos encomendaba que se vigilase que no pasaran por sus manos documentos importantes etc.
Y luego Nuño se “encoñó” con esa chica y hubo referencias y noticias de que las operaciones de Brunete y tal habían sido comunicadas por ella al bando fascista, y que al parecer esa información la había conseguido de Nuño.
A raíz de eso Mera casi llegó a pegarle, le cogió de la pechera, le llamó traidor y le arrinconó contra la pared...
- S: Pero es que hay otro asunto con Nuño. Recientemente Jorge M.. Reverte, ha sacado una historia relacionando a Nuño con la matanza de Paracuellos.
- G: Eso es mentira completamente. Yo no sé quien pudo hacer eso, pero sé que reciben una orden de traslado a Valencia para juzgarlos, porque ya estaban desapareciendo presos en las checas del PCE y, claro, no podía permitirse que se les quitase la vida a las personas sin juzgarlas, sin permitir que se defiendan o justifiquen sus actos. Y en este caso al llegar a Paracuellos se los cargan. De eso yo puedo contarte que cuando trabajé en la Editora Nacional y se publican una serie de libros sobre la guerra, 5 volúmenes, y soy designado redactor jefe de esa publicación, La Cierva es el director de la publicación y el que facilita material, documentación, y todo eso, en la primera conversación que tengo con La Cierva me dice: -“Pero vosotros hicisteis lo de Paracuellos del Jarama que es donde está mi padre”. Yo le dije que la mayor parte de lo que
acusan a la CNT, lo han hecho otros, pero yo te puedo poner en contacto con Melchor Rodríguez y él te dará pelos y señales de lo que fue Paracuellos. Y después de hablar con él, vino a darme las gracias.
- S: Sí, pero de alguna manera quiere pringarse a Amor Nuño, y con él a la CNT, en esas matanzas.
- G: De eso podéis decir que es mentira, que los historiadores objetivos, neutrales que investigan la verdad sabrán que ahí no estuvieron Amor Nuño ni la CNT, lo que nosotros pretendíamos era salvar vidas.
Ahí está “el ángel rojo”...
- S: Bueno, hablemos de otra cosa, a ver cuéntanos alguna cosa de Val, de Eduardo Val; algo que recuerdes.
- G: El sillón X
- S: ¿El sillón X?
- G. Claro, porque fue el más “mandón”, el que tuvo todo el control de las columnas de las milicias anarquistas de la zona centro en sus manos, ya que era su Jefe de Estado Mayor, y la verdad es que lo hizo bastante bien. Era un hombre bastante enigmático. En la primera detención que yo sufrí, que fue en el año 34 ó 35, por una asamblea de 3 ó 4 sindicatos y la FIJL, que estábamos celebrando cerca de la C/ San Bernardo, me detuvieron junto a Val. Estuve unos quince días detenido, y estuvimos juntos en la misma celda. Era un hombre muy hermético. Muy inteligente; lo que pensaba su mano derecha, no lo sabia la izquierda. Además tenía carácter, y una sonrisa muy abierta con la que conquistaba a toda la gente.
- S: Dinos algo de Teodoro Mora.
- G: Mora era el opositor a Cipriano Mera.
- S: Sí, pero luego fueron muy amigos.
- G: Sí, tenían opiniones distintas pero eran muy amigos. Además los dos pertenecían al Sindicato de la Construcción, que era el que más se movía. Entonces había dos corrientes, una aliancista, que en el Sindicato de la Construcción la mantenía Mora y en las Juventudes la mantenía yo, y la otra que era defendida por Cipriano Mera, que era la de todo o nada. Y hubo enfrentamientos y discrepancias, pero entre hermanos, o entre compañeros, y no tenían más importancia. Se pasa la discusión, y a comer juntos el domingo.
- S: ¿Cómo dices?
- G: Sí, que se acuerda lo que sea tras la discusión y se vuelve a ser amigos.
- S: Eso sería entonces, porque ahora el desacuerdo suele marcar toda la vida.
- S: Cuando sales ¿te dedicas a escribir?
-G: Sí y junto a Eduardo de Guzmán formamos el Sindicato de Periodistas al que pertenecieron los mejores periodistas de entonces y todavía de ahora. ¡Habría sido el mejor sindicato de la CNT de Madrid! La acusación entonces fue de haber entregado la CNT a la CNS.
- S: ¿Pero no es eso durante el cincopuntismo?
- G: No, es después y cuando empiezan con esas gilipolleces y esas bobadas, pues se produce también otro movimiento de compañeros en contra, y como yo no quiero pelear por estupideces y estoy bastante aburrido, y tengo que trabajar para ganarme el pan, pues lo dejo todo y me voy. Al poco se deshizo el sindicato.
- S: Pero luego durante la reconstrucción, has estado ligado ¿o no?
- G: Tengo relación con Gómez Casas y con varios, pero Casas era el individuo más destacado en aquellos momentos, aunque con él yo había tenido un enfrentamiento durísimo anteriormente; y luego, cosas de la vida, él quería a todo trance meterme otra vez en el CN, y ya le dije que yo ya había acabado, que no tenía ni fuerzas ni ganas de meterme en conflictos de ese tipo. Pero hemos sido amigos, nos hemos favorecido mucho, nos hemos respetado siempre, y nada más.
Mientras tanto Visitación Lobo, que ha estado moviéndose por la casa se ha sentado con nosotros en determinado momento. Las preguntas van ahora dirigidas a ambos
- S: Bueno, habladnos de vosotros como pareja ¿Cuándo y como os conocisteis?
- G: Yo la conocí a ella tres días antes que ella a mí. Estando un día en la parada del tranvía en el Puente de Toledo en Marqués de Vadillo, junto con otro compañero, Higinio, un compañero de altura de las JJLL, llegó Visi y me causó una impresión muy grata, y luego el compañero me dijo “es la hermana de Lobo”. A partir de ese momento Visi formaba ya parte de mi constelación. Después empezada la guerra y demás, ya empezamos a hablar directamente en el Ateneo de la C/ de Almagro.
- S: ¿En el Ateneo de la C/ Almagro? ¿No en el del Puente de Toledo?
- Visitación (V): No, porque yo estaba estudiando el bachiller e iba a una academia. Después nos vimos algunas veces durante la guerra, porque él estaba casi siempre fuera de Madrid, y como yo estudiaba, pues no nos veíamos mucho. Y cuando acabó la guerra, como habíamos perdido a mi padre en una explosión de unas bombas en Chamartín (mi padre estuvo en la 39 Brigada) y mi hermano se había marchado a Barcelona...
- G: Cuando volvimos a encontrarnos, a mí me produce más interés todavía, porque era mucho más guapa, no llevaba uniforme de colegiala... y a partir de ese momento pues yo le escribí una carta...
- V: Cuando tú me escribiste esa carta, yo ya estaba en S. Sebastián...
(Gregorio se levanta y la conversación se interrumpe)
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- S: A ver Visi, cuéntanos algo de tu hermano.
- V: Mi hermano marchó a Barcelona en el 38, y como estaban aislados, no pudo venir al entierro de mi padre, y desde allí pasa a Francia cuando cae Cataluña. Primero estuvo en Caen, y después pasó a París. Nosotras, Carmen y yo nos quedamos aquí, quisimos reavivar un poco Mujeres Libres e hicimos con Lucía Sánchez Saornil una pequeña organización que se llamaba Mujeres Antifascistas.
- S: ¿Eso cuándo fue?
- V: Eso fue terminada la guerra. Nosotras volvimos a nuestra casa, que estuvo en el frente de Usera y ,claro, estaba toda destruida, sin puertas, sin tejado... Pero tuvimos que vivir allí ya que no teníamos otra cosa. Al llegar el invierno mi hermana se incorpora a la clandestinidad y sirvió de enlace con Cuelgamuros y otros sitios donde trabajaban los batallones de trabajadores. Ir a verlos, a llevarles comida, libros, y otras cosas. Y como consecuencia de eso
en el año 45 nos detuvieron y fuimos a la cárcel. Yo salí en libertad provisional a los seis meses, ya que pusieron mi expediente junto con otros de la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas. Como yo era muy joven, y los otros eran mucho mayores que yo, pues me pusieron en libertad provisional.
Cuando salió Gregorio en el año 43, iniciamos una relación, aunque yo no quería ligarme a nadie. Pero Gregorio estaba pensando que podríamos marchar al extranjero, a Francia. Yo no quería,
porque mi madre estaba enferma y no quería dejarla sola. Y en éstas que le detienen a él, me detienen a mí, y detienen a mi hermana, que estuvo dos años también en prisión y así.
- S: Tu hermana estuvo muy ligada al ML ¿no es así?
- V: Mi hermana, mucho, durante la guerra fue de la comisión de Propaganda de Mujeres Libres. A ella vuelven a detenerla en el 48 por sus actividades de relación con los campos de trabajadores.
- S: Contadme algo de Baltasar.
- G: Estuvo en el primer Comité de FIJL. Colaboró con Mujeres Libres, Campo Libre, en Umbral de Valencia... Baltasar fue el brazo artístico de Miguel González Inestal en el Comisariado.
- S: ¿Desde cuándo forman pareja Baltasar y Mercedes Comaposada?
- V: Ellos mantienen relaciones desde el año 34, y ya en el año 35 hacen un viaje a París. Ellos durante la guerra se movían constantemente de unos frentes a otros para obtener materiales para las revistas. Cuando pasaron a Francia tras la caída de Cataluña los dos son internados en campos de concentración, y posteriormente al salir alquilan una habitación en París. A partir de entonces se relacionan con muchos artistas como Brake y sobre todo con los españoles de la Escuela de París como Fenosa, Flores Domínguez, Toni Clavé o Urbano Pelayo, y de entonces es también la relación con Picasso. Ellos se veían en cafés. De esa época son los libros de Mercedes sobre Picasso y el de Españoles en la Escuela de París.
- S: Desde luego la fama de Baltasar viene del exterior...
- V: Bueno, ya en el extranjero se vuelca en la escultura. Mientras estuvo aquí fue dibujante y hacía algunas tallas en madera.
- G: También escribía bien, lo que pasa es que era muy recatado y muy hermético. Pero su fama es como escultor, aunque hasta que no llegó a Francia no desarrolló esa actividad. Hay que reconocer que aquí en España el arte entonces estaba muy atrasado. Él comenzó participando en exposiciones colectivas hasta que empezó a ser conocido.
No obstante tuvo un fallo Balta para mí, que fue esa temporada que se dejó captar por el PC. Fue aquella época de auge de la URSS. Allá por los años cincuenta. Le captaron en París. Le ofrecieron publicar e hizo un viaje a Checoslovaquia y a Moscú. Cuando vino ya llegó desilusionado. Además ese poco tiempo le perjudicó mucho, porque se dedicó a hacer cosas panfletarias y facilonas como las que le gustaban a Stalin.
- V: Bueno, el día que se legalizó el PCE aquí en España, aquel día, íbamos a comer a un “chino” y pasaron coches con banderas, y decía : -Vámonos de aquí, vámonos de aquí que éstos son unos liantes. Ya no los podía ni ver.
Hay una colección de Baltasar en
Zamora. Hay que tener en cuenta que está considerado uno de los escultores españoles más importantes del siglo XX.
- S: ¿Qué más queréis contarnos?
- G: Bueno, yo he publicado veintitantos libros. Me he ganado mi pan honradamente, he sido siempre libertario. He estado siempre en la CNT aunque enfrentado a muchas cosas. Nosotros somos dos viejos libertarios y nos moriremos siendo libertarios.
Yo, particularmente, ya estoy camino del olvido. Ya estoy haciendo inventario. Me hubiera gustado que el camino de la CNT fuera otro que el que ha sido.
- S: Bueno todavía os queda mucho que rodar
- G: No pienses, yo creo que nos estamos acercando ya al punto final.
Creo que los jóvenes debéis de olvidar lo viejo y dar a la Organización nuevos rumbos. Yo creo que en esta etapa debería trabajarse especialmente el cooperativismo como alternativa a la sociedad actual. En la CNT el cooperativismo fue muy importante. En Barcelona, principalmente, eran las cooperativas las que servían de refugio a los compañeros y de allí surgían ideas, proyectos, todo... El cooperativismo hay que simultanearlo con la lucha sindical.
- S: Actualmente de cooperativismo no hay nada y de actividad sindical, la verdad es que muy poco...
- G: Y la CNT dividida todavía. ¿No es una vergüenza?
Las horas han pasado raudas como la vida y las últimas palabras de Gregorio han dejado en nosotros un sabor agridulce. Por fin los ancianos vuelven a quedar solos con sus recuerdos
de unos tiempos mejores y peores que el presente.
Que la vida les depare aún mucho tiempo entre nosotros.

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