Situada en el valle del Hontanija, comarca de los Montes Torozos.
Con anterioridad recibía el nombre de Gérticos, era lugar de recreo y caza de los reyes godos.
Wamba toma su nombre de este noble godo, que en esta población fué elegido como rey de la Hispania visigoda, a la muerte de Recesvinto. Dice la historia que a la muerte de Recesvinto en el año 672, los habitantes decidierón elegir como rey a este noble que según cuenta la leyenda se encontraba arando cuando le comunicarón la noticia y que su primera reacción fué negarse a aceptar tal responsabilidad.
Hay documentos que citan esta población desde el año 928, bajo el reinado de Fruela II, donde aparece denominada como "sedis wambesis".
Nombre de la iglesia: Iglesia parroquial de Santa Maria.
Adherida a la iglesia se encuentra el palacio sanjuanista.
Monumento Nacional desde 1931.
Estilo arquitectonico: mozárabe (cabecera) y románico (estructura). Siglos X y XII.
En la iglesia de Santa María fue sepultada la reina Urraca de Portugal, esposa del rey Fernando II de León y madre del rey Alfonso IX de León, que había ingresado como freira en la Orden de San Juan de Jerusalén. En la llamada capilla de la Reina se halla colocado un epitafio, posterior a la defunción de la reina Urraca de Portugal, en el que se relata que dicha reina, hija de Alfonso I de Portugal y de su esposa Mafalda de Saboya, recibió sepultura en dicha iglesia.
En este osario hay una inscripción que dice: "Como te ves, yo me vi, como me ves, te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás.
Aún hay un tercer misterio en la iglesia de Wamba. Si entramos por la puerta del porche, que está decorada con la cruz de los caballeros hospitalarios –que se hicieron cargo del templo en el siglo XII– encontramos una puerta que comunica con una nave lateral. Allí vuelvo a encontrar algo que empieza a ser familiar en todos los templos cristianos en los que el misterio de los símbolos está presente. Otra vez encontramos una columna con forma de palmera, al igual que en la ermita de San Baudelio y en la iglesia de la Veracruz –ENIGMAS 122 y 123–. Otra vez esta imagen en una construcción de la época mozárabe. Es un símbolo que se encuentra en la mayor parte de los edificios por los que pasó la Orden del Temple o la Orden de los Caballeros de San Juan y con el que se buscaba el contacto entre lo terrenal y lo divino. Esa escala de valores que asciende a un simple mortal hasta el reino de los cielos. Por eso la palmera o árbol, ya que sus raíces están en el suelo, mientras que sus ramas y hojas acarician el cielo.
Su estrecho “tronco” de piedra está desgastado. Dicen que la columna tenía o tiene poderes milagrosos. Dicen que los que allí ponían sus manos encontraban cura para sus dolencias o solución a sus problemas. Dejémoslo en eso, en una leyenda, pero eso sí, tras pasar por allí las manos. También hablan de un pozo por el que fluye agua milagrosa. Historias que contribuyen a acrecentar el misterio y el interés por un lugar que, por sí sólo, por sus piedras y pasado, merece ser contemplado. Hay que escucharlo. Hay que oír las palabras que desde hace ocho siglos retumban entre sus paredes.
Son diversas las interpretaciones respecto a esta aglomeración de restos humanos. Algunos hablan de la peste, la guerra o una epidemia; todas son respuestas lógicas si se tiene en cuenta la datación de aquel gran nicho, el siglo XII, una época en la que la enfermedad y el acero sembraban la muerte por millares en España. Sin embargo, el párroco de la iglesia, auténtico guardián del templo y único poseedor de las llaves de aquel lugar –si quieren visitarla pónganse antes en contacto con él, porque si no encontrarán sus puertas cerradas–, explica que la iglesia era entonces también el cementerio, lo que justifica la presencia de tanta muerta apilada. Impresiona contemplar la escena. No sabían entonces aquellos hombres sin nombre que su rostro y cuerpo, nueve siglos después, se quedaría allí para que alguien los viera.
http://www.akasico.com/noticia/493/Geograf%C3%ADa-m%C3%A1gica/santa-maria-wamba-valladolid-iglesia-mil-almas.html
Pese a rechazar el nombramiento debido a su avanzada edad, Wamba fue forzado por la nobleza a aceptar el trono en la localidad de Gertici o Gérticos, después llamada Wamba en su honor (Valladolid), el 21 de septiembre del año 672. Aquí fue donde murió su antecesor Recesvinto.
Por iniciativa propia exigió ser coronado en Toledo el 20 de octubre de 672.
Fue el último rey que dio esplendor a los visigodos. Con su muerte comienza la decadencia. Su reinado no fue fácil, pues lo pasó casi enteramente sofocando las luchas internas de la nobleza contra la monarquía, los nobles entre sí, los católicos contra los arrianos y la población hispanorromana contra los visigodos. Además tuvo que sofocar una rebelión de los vascones, y en el 672 hubo de enfrentarse a un nuevo y desconocido peligro: la invasión de norafricanos o árabes, que intentaron pasar a la Península por Algeciras, intento que fue rechazado por los visigodos.
En la región de Septimania en la Galia (al sureste de la actual Francia) en el año 673 tuvo lugar una revuelta de algunos nobles visigodos encabezada por Ilderico, que se había proclamado rey. Wamba envió al duque Paulo para sofocarla, pero éste inició su propia rebelión en Narbona. Paulo reemplazó a Ilderico y se proclamó a su vez rey en Gerona. Ante la situación, Wamba, que se encontraba combatiendo a los vascones que invadían Cantabria, realiza una operación relámpago y los derrota. Acto seguido acudió al lugar de los hechos y tomó por las armas Tarragona, Barcelona y Narbona, dominando finalmente la sublevación y capturando a Paulo, que tuvo que desfilar por las calles de Toledo con una raspa de pescado en la cabeza. Estos sucesos dieron lugar a que Wamba reorganizara su ejército proclamando una ley que obligaba a los nobles y eclesiásticos (bajo pena de muerte, confiscación de bienes y exilio) a acudir con las tropas en caso de invasión o rebelión. Fue la llamada Ley militar, que suavizaría bastante su sucesor Ervigio.Según la tradición, el rey Wamba, después de derrotar la rebelión de Narbona, trajo desde allí las reliquias del mártir san Antolín, príncipe visigodo ejecutado en Toulouse a fines del siglo V. Se depositaron en lo que después fue la cripta de San Antolín de la catedral de Palencia.
Wamba convocó asimismo el XI Concilio de Toledo del año 675, en el cual se dictaron medidas para corregir los abusos y vicios eclesiásticos.
Se cree que el metropolitano de Toledo, Julián II, intervino en la conjura que acabó con el poder del rey Wamba. El rey fue engañado y narcotizado y una vez en ese estado, le tonsuraron, le vistieron con hábito de monje y le obligaron a renunciar a la corona.
El rey Wamba se retiró al monasterio de San Vicente en Pampliega, actualmente desaparecido, y allí murió en el año 688. Su cadáver recibió sepultura ante la puerta de la iglesia del monasterio de San Vicente, y allí permaneció sepultado hasta que, en el siglo XIII, Alfonso X el Sabio ordenó que sus restos mortales fueran trasladados a la iglesia de Santa Leocadia, ubicada junto al Alcázar de Toledo, donde también habían sido trasladados los restos de su padre, el rey Recesvinto, y que no debe ser confundida con la otra iglesia de Santa Leocadia de Toledo.1 Durante la Guerra de la Independencia Española, los sepulcros donde descansaban los restos de ambos monarcas fueron profanados por las tropas francesas.
En 1845, los restos de ambos monarcas, introducidos en una arqueta de madera forrada de terciopelo carmesí, fueron trasladados a la Catedral de Toledo, donde fueron depositados en el salón principal de la sacristía de la catedral, lugar en el que permanecen actualmente
http://es.wikipedia.org/wiki/Wamba_(rey)
La Dinastía Merovingia: Los Reyes Perdidos
De la obra de Henri Lobineau (Henri de Lénoncourt).
Entre los reyes merovingios que fueron conspiratoriamente depuestos del trono francés hace más de mil trescientos años se citan asimismo a los sicambros, descendientes de la tribu judía de Benjamín, que emigraron sucesivamente a la Arcadia, a Sicilia, a los Alpes y a las orillas del Rin. De Meroveo hasta Clodoveo, los reyes merovingios, apodados los Ursus, fueron paganos entregados al culto de Diana. El famoso jarrón de Soissons contenía muestras de la sangre de los treinta y nueve primeros reyes francos, que fueron merovingios. La dinastía de los carolingios y la de los capetos (el rey Felipe el Hermoso, destructor de la Orden del Temple, era un Capeto) no eran legítimas, ya que el último rey merovingio, Dagoberto II, asesinado en el año 679 cerca de Stenay, en las Ardenas, tenía un hijo, Sigisberto IV, que escapó a la suerte de su padre, fue salvado por un tal Meroveo Levy, puro sicambro, quien le llevó en secreto a Rennes-le-Château. Sigisberto IV, llamado Plant-Ard (Retoño Ardiente), se casó con la hija del rey visigodo español Wamba y dió nacimiento al linaje de los condes del Razès, del que provenían también los Blanchefort.
Este linaje es el único que puede pretender legítimamente al trono de Francia.
Videos Wamba
Hola, soy Germán Lafont Mateo de Pampliega, y me interesa mucho todo lo relacionado con el rey visigodo Wamba.
ResponderEliminarPodrías darme información de las fuentes de este asunto:
"Sigisberto IV, llamado Plant-Ard (Retoño Ardiente), se casó con la hija del rey visigodo español Wamba y dió nacimiento al linaje de los condes del Razès"
Gracias por tu ayuda.
Atte. Germán Lafont